*El Parque Zamora, en el corazón del puerto de Veracruz, se convirtió en un sitio de encuentro de los enamorados gracias a su tranquila atmósfera recreada por enormes árboles
Ángel Cortés Romero
Veracruz, Ver.- Las almas se funden en un beso debajo de las copas de los árboles que, con la noche, se vuelven cómplices para los enamorados que se aman en el corazón de una ciudad alguna vez amurallada.
El sereno humedece los cuerpos expuestos a la noche en el verdoso parque que guarda entre sus rincones, como muchos sitios porteños, decenas de miradas al Veracruz histórico.
La arboleda crea una cúpula que encubre la pasión y la sexualidad destilada de los hombres y mujeres que se desean mientras desde los mercados se esparce un bullicio que rompe toda parsimonia.
El Parque Zamora se levanta en el corazón del puerto de Veracruz como parte de la zona de monumentos históricos ubicados en el primer cuadro de “La cuatro veces heroica” y hoy es un sitio donde se encuentran los amores furtivos .
La estructura de mil 700 metros cuadrados y pisos de granito, con referencias históricas que datan del año 1806, en los últimos años de La Colonia, es el área de recreación y descanso más importante de la ciudad.
El nombre del coronel Manuel Gutiérrez Zamora, héroe de la defensa histórica del puerto de Veracruz en 1847 y gobernador del estado en 1857, le pertenece desde el 14 de septiembre de 1982.
Testigo fiel de la historia de Veracruz, el Parque Zamora fue trinchera de las tropas mexicanas durante la ocupación del puerto jarocho por militares estadunidenses en 1914.
El misterio de la arboleda y vegetación que engalanan al Parque Zamora se descifra en la desembocadura que el río Tenoya, convertida actualmente en la calle Víctimas del 25 de junio, tenía en su centro hasta 1907.
Su fuente convertida hoy en kiosko, su ubicación privilegiada en el corazón de la ciudad, frente al Tranvía de Recuerdo y los cientos de historias que murmuran los árboles convierten al Parque Zamora en un prodigio veracruzano.